"El juego del calamar" ("Squid game" - Hwang Dong-hyuk (2021)) se ha convertido en la serie más vista y popular de la plataforma Netflix.
Esta historia, con ecos a "Battle Royale" (Ídem - Kinji Fukasaku (2000)) nos cuenta la vida de Seong Gi-hun quien tiene una existencia de lo más desgraciada.
Invadido por las deudas, no puede hacerse cargo de su hija a la que apenas ve, además de vivir con su madre, la cual no puede pagarse un tratamiento contra la diabetes debido al delicado estado económico de ambos.
Seong intenta ganar dinero de manera rápida apostando en las carreras de caballos o haciendo cualquier tipo de trapicheo que nunca le sale del todo bien.
Un día, un hombre entrajetado que conoce en el metro le persuadirá para que juegue a un juego. Deberá de levantar unas tarjetas mediante un certero golpe.
Si gana ganará dinero, sino, recibirá una bofetada.
Seong acepta y más tarde terminará ganando la apuesta a pesar de haber perdido en repetidas ocasiones, recibiendo bofetadas en cada una de las veces que ha ido perdiendo.
Es entonces, cuando el hombre entrajetado le entrega una carta y le pregunta si está dispuesto a participar en un juego que puede cambiar su vida a nivel económico.
Por un momento, el protagonista de esta historia duda, pero son muchos frentes los que tiene abiertos... la manutención de su hija, la citada enfermedad de su madre y los prestamistas que amenazan con quitarle sus órganos como no cumpla con los plazos en cuanto a pagos.
Así que Seong acepta y es trasladado a una isla donde se encontrará con cientos de personas en su misma situación.
Personas, que por una u otra razón también tienen deudas económicas importantes y ven en esa oportunidad una vía de escape para sus problemas.
Una vez allí, los participantes se verán inmersos en una serie de juegos infantiles pero macabros donde el perder se paga con la vida.
Tras varias idas y venidas de los sobrevivientes al primer juego, los concursantes vuelven a sus respectivas ciudades. Entre todos han decidido no continuar con el juego.
Pero una vez vuelven a la cotidianidad de sus vidas, se dan cuenta que la agonía económica por la que pasan es tan grave que sólo ganar el juego les puede sacar de la miseria.
Complicado es para todos ellos pasar cada una de las pruebas, donde los personajes caen como moscas.
Pero como suele suceder en este tipo de casos, sobretodo en casos donde la muerte acecha todo el tiempo, se crean pequeños grupos, intentando así luchar en bandos para intentar sobrevivir aunque finalmente sólo uno pueda ganar la serie de juegos.
Interesante esta "El juego del calamar" que ha plagado las redes sociales en las últimas semanas.
Si bien, por momentos me ha parecido un tanto previsible y no me ha sorprendido como al resto de los mortales, tengo que decir a su favor que es un producto entretenido y que es sin ningún género de dudas, una crítica al capitalismo desde un punto de vista cruel y en cierta medida podría decir que casi hasta certero.
¿Realmente creemos en el ser humano? ¿Cómo actuaríamos nosotros antes circunstancias tan adversas?
Quizás, si nos viésemos en el problema en el que se encuentran inmersos estos personajes nos plantearíamos muchas cosas, como por ejemplo lo que estaríamos dispuestos a hacer por ayudar a nuestros más cercanos y como nuestros problemas pueden repercutir a terceros queramos o no.
Me gusta a su vez la visión de las élites, y de como gente que lo tiene todo debe de ver en el mal ajeno una diversión para satisfacer lo que al fin de al cabo son sus vacuas vidas, donde almacenan millones sin saber en que poder gastárselos, cuando en realidad podrían utilizar ese dinero para ayudar.
Guste o no, "El juego del calamar" es una buena dosis de entretenimiento que a fin de cuentas es para lo que se realiza cualquier tipo de proyecto audiovisual.
El remover es importante, pero el disfrute del público lo es aún más.
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