MALIGNO

Si hay un director del que los fans del cine de terror esperan sus películas con la expectación propia de una estrella, ese es, James Wan. 
Artífice de las sagas, "Saw", "Insidious" y "Expediente Warren" el cineasta malasio hace del cine de género una virtud, explorando en los rincones más oscuros de la psique humana, fabricando nuestros temores y creando una sugestión que por momentos nos hace incluso quitar la vista de la pantalla. 

Sin embargo, "Maligno" ("Malignant" - James Wan (2021)) juega más a lo explícito y al gore que al no mostrar al que nos tenía acostumbrados.
Al contrario que su último cine de terror (recordemos que en los últimos tiempos ha tocado otros géneros) Wan, recurre a una historia que bien podría abastecer cualquier estantería de videoclub de principios de los noventa del pasado Siglo XX, pensando únicamente en el mainstream más que en un público más entendido y sofisticado.

De hecho, la historia de una niña con poderes telequinésicos, las visiones o la dualidad de realidades está más próxima a un Cronenberg en su primera etapa o a un Carpenter en la última; de hecho, no paro de hacer una comparativa mental con su último trabajo "Encerrada" ("The Ward" - John Carpenter - (2010)), puesta en escena, diálogos, escenarios, planteamiento visual y uso del color...

Pero si de algo se nutre "Maligno" es de esas películas de género definido y marcado, sin tapujos a la hora de plasmar aquello que es, objetivamente obvio y evidente para el espectador, pero juega a eso, a darle lo mismo. ¿Queréis esto? Pues aquí lo tenéis. Sin pensar mucho más allá. 

La película cuenta con escenas bastante interesantes (SPOILERS), los asesinatos de la comisaría, la aparición del hermano siamés, como le cosen la cabeza de la protagonista con su maligno hermano dentro y un tercer acto, que va de menos a más, algo que también es de agradecer. 

Para los completistas y amantes del terror, en mi caso, uno de ellos.