LA TRIOLOGÍA DE NUEVA YORK

Paul Auster es sin ningún género de dudas uno de mis autores favoritos.
Hacía tiempo que no me sumergía en sus letras, no por nada en especial, sino porque como ya os he comentado en alguna ocasión, los libros nos encuentran ellos a nosotros. 

Quizás su literatura se había olvidado de mí o yo de ella, o quizás, nuestros caminos se separaron momentáneamente y ha sido un bello reencuentro después de tanto tiempo. 
Todo surgió el lunes de esta semana cuando me quedé sin llaves de casa.
Debía hacer tiempo hasta que me trajesen una copia y me acerqué a una librería próxima a mi piso.
Pregunté por libros de Paul Auster, al ser posible de la editorial Anagrama ya que son las ediciones que me gustan.
El librero entró en un desván y me sacó tres ejemplares "Invisible" que ya había leído, además de "La trilogía de Nueva York" y "La noche del oráculo" que no había leído. 
Aproveché y compré los dos últimos, leyéndome en pocos días "La trilogía de Nueva York" que hoy os comento.

Esta recopilación de tres relatos cuenta distintas historias de ámbito detectiviesco, que en un principio se publicaron por separado entre los años 1985 y 1987. 
Los tres relatos llevan por título "Ciudad de cristal", "Fantasmas" y "La habitación cerrada".

"Ciudad de cristal"

Todo comienza con una llamada telefónica.
Daniel Quinn un escritor recibe una llamada en mitad de la noche, alguien pregunta por una agencia de detectives, interesándose por Paul Auster (el propio nombre del autor).
A pesar de no ser detective Quinn acepta el caso cobrando una cuantiosa suma de dinero contactando así con el propio Auster para cobrar el cheque que va a su nombre. 

Este "Ciudad de cristal" es un relato surrealista y enrevesado, el cual me ha parecido bastante interesante desde el enfoque narrativo, pasando de una perspectiva a otra y donde el azar lleva a convertir a su protagonista en un detective privado aunque sea de manera torpe y ocasional.

"Fantasmas"

En "Fantasmas" como su nombre indica, nos adentramos en un mundo peculiar, donde sus protagonistas no poseen nombres reales, sino que se otorgan colores, azul, negro o castaño y donde los protagonistas que investigan un caso terminan perdiendo la perspectiva sobre ellos mismos, de hecho dudan sobre su existencia. 

La reflexión que puedo hacer sobre "Fantasmas" es que en realidad los hechos que acontecen no existen en realidad y que esa pérdida de consciencia de sí mismos es que en realidad están muertos. 
En este caso, y al contrario de "Ciudad de cristal" el nombre de los personajes puede ir en contra del lector; sino se está excesivamente atento puede que nos perdamos parte de la historia.

"La habitación cerrada"

Este relato, es la búsqueda de su protagonista de Fanshawe, un amigo de la infancia del que lleva años sin saber nada, a pesar de haber sido como hermanos. 
Para él, es como un fantasma que habita en su recuerdo hasta que aparece en escena la esposa Fanshawe quien le comunica que su amigo ha desaparecido y ha dejado dos maletas repletas de libros y relatos escritos pero no publicados. 
Ahora el protagonista deberá tomar la determinación de hacer que el legado de su amigo perdure o no. 

Sensacional "La trilogía de Nueva York" que por  momentos roza la belleza extrema, en gran media en la última de sus partes "La habitación cerrada" donde el autor casi a modo de ensayo reflexiona sobre ciertos aspectos de la existencia, sobre su propia existencia en general. 
Mezcla de ficción y documental, pasa del ensayo poético en ocasiones a la propia narración, para mí, es una obra imprescindible.