martes, 9 de abril de 2019

DOLOR Y GLORIA

Almodóvar, despierta normalmente odios y amores por partes igual.
A mi, he de confesar que me encanta en gran medida su filmografía (de la cuál sólo me queda por ver una película), creo que el título que hoy comento "Dolor y Gloria" (Ídem - Pedro Almodóvar (2019)) estaría en el top ten de su obra.

En ella podemos ver sus miedos, sus temores, su angustia vital, lo importante que es para él hacer películas, sus amores, sus desamores, esa dificultad que es para cada uno de nosotros el poder vivir.

Cuando veo una película (sin importar demasiado el género que sea) lo que busco es que me haga sentir emociones, ganas de reencontrarme con la cinta días después, que me haga pensar, reflexionar.
Sin embargo, "Julieta" (Ídem, - Pedro Almodóvar - (2016)) me gustó, pero no tanto, en esta "Dolor y Gloria" veo más sentimientos, veo mayor reflexión , veo otra cosa.

Me gusta cuando un director se abre en cuerpo y alma en aquello que quiere contar.
Su alter ego está construido de manera magistral por un Antonio Banderas (que probablemente ha hecho el mejor papel de su carrera). Un director de cine con miedo, depresión, rodeado de un mundo al cual ya no quiere pertenecer.
Se aleja de los medios, de las gentes, de todo lo que puede conllevar la palabra éxito.
Y es que éxito, aunque no sea relativo puede llegar a desequilibrar el ánimo, incluso puede llegar a ser una auténtica pesadilla.

Por otro lado tenemos las reconciliaciones, hay dos.

La primera de ellas con el actor protagonista de la película "Sabor", un filme rodado treinta años atrás y que se ha convertido en una película de culto.
Alberto Crespo interpretado por Asier Etxandía es una antigua estrella de cine que malvive en un chalet prestado a las afueras de Madrid.
Salvador, (Antonio Banderas) intentará retomar su antigua amistad con motivo de la proyección del éxito que les unió en la filmoteca.
Es entonces cuando la vida que les separó, vuelve a unirles.

Por otro lado está el otro de los reencuentros, el de Federico, el antiguo amor de Salvador. Quien por casualidad, ve en la Sala Mirador la obra "Adicción" interpretada por Alberto y escrita por Salvador quien no quiere aparecer como guionista.

La obra autobiográfica, hace ver el amor entre Salvador y Federico y la pérdida de aquella historia de amor por culpa de las circunstancias.

Esa misma noche, Federico, tras pedir el móvil de Salvador a Alberto, decide ir a visitarle.
Salvador, no se esperará ese encuentro que es nostálgico a la vez que el cierre de una etapa.

Luego están los recuerdos de Salvador, concretamente, con su madre, de joven, de mayor y de como ayudó a escribir y a leer a un albañil muy hábil (por otro lado con la pintura).

En esta película están los recuerdos de Pedro Almodóvar, (como comenté al inicio de este post) sus miedos, sus inseguridades, su carisma y su forma de ser un ser humano.
Es un escritor, un cineasta que no duda en desnudarse antes nosotros, su público.
Una cura de humildad, una lección narrativa, a finde cuentas, una lección de cine.

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