domingo, 26 de mayo de 2019

JUEGO DE TRONOS - TEMPORADA 8

"Juego de Tronos" puede que sea el mayor fenómeno televisivo de los últimos tiempos. Si bien, ese mérito sólo lo habían alcanzado series como "Los Soprano" (debemos de tener en cuenta que aquellos tiempos no existía Twitter e internet no estaba tan expandido); podríamos decir que a día de hoy puede que esta serie se haya convertido en la más popular de la historia de la televisión.

Ahora bien, con esto quiero hablar a su vez del horizonte de expectativas.
Muchas, han sido las tonterías que he leído en las redes en las últimas semanas. De hecho, se ha creado un change.org para que vuelvan a rehacer esta última semana al completo.
Lo que no saben la gran mayoría de los usuarios que realizan los comentarios es que están viendo un producto televisivo es que está:

a) Escrito por alguien
b) Dirigido por alguien
c) Producido por alguien (puede que esta la más importante de las tres)

y que si han tomado esa serie de decisiones no habrán sido baladí o de manera aleatoria, sino que muy probablemente hayan sido consensuadas, por la cadena, por el equipo de dirección y que esas mismas decisiones han sido supervisadas por decenas de personas.
Así que cuando uno critica de manera elatoria, lo único que me transmite de las personas que realizan esos juicios de valor es que son personas caprichosas y sin ningún tipo de criterio audiovisual.
Es muy fácil ponerse del otro lado y únicamente criticar. A mi no se me da bien, soy más de hacer.

Dicho esto, puedo decir que sí me ha gustado la octava temporada de "Juego de Tronos" y sí me parecen acertados cada uno de los caminos que han llevado a los personajes a estar donde están.
Impresionante me parece a su vez, el tercer episodio de la serie - SPOILER - donde vemos la muerte (al fin) de los caminantes blancos a manos de una heroína inesperada Arya Stark.
Yendo hacia atrás en los episodios y reflexionando sobre los dos primeros, me parecen de una maestría en cuanto a dirección y guión que pocas series pueden igualar.
Dar protagonismo a los actores secundarios y ver sus reflexiones, miedos y resto de conductas a lo que aparenta ser una muerte prácticamente segura, es simplemente soberbio.

En el cuarto episodio vuelve otra vez la calma. Pero termina con un hecho que desatará la ira de Daenerys y de Gusano Gris que es la muerte de Missandei de manera cruenta por medio de Cersei que se postula irreverentemente para no perder el apreciado Trono de Hierro.

El quinto episodio vuelve a ser una cruenta batalla. Donde Cersei pierde la contienda y Daenerys logra vencer y muy probablemente ser la nueva reina.
Este episodio es cruel y nos hace reflexionar por un instante, sobre si realmente Daenerys es la mala de esta historia y no la heroína, tal y como habíamos pensado todos desde un inicio.
Las decisiones que toma este personaje a lomos de su dragón y la crueldad con la que acaba con los habitantes del castillo es tal, que lleva al estado de shock a muchos de los personajes, entre ellos a John Snow.

El sexto y último episodio de la temporada (y por tanto de la serie) comienza con una ciudad sitiada tras el ataque de Daenerys y su ejército. No habrá piedad para los supervivientes, no habrá piedad para quienes han apoyado a Cersei (muchos son ejecutados a pesar de haberse rendido) y un nuevo reinado parece que va comenzar.

Como comenté líneas atrás, John Snow no está muy conforme con la actuación de Daenerys, la desaprueba.
Mientras, ella, sigue creyendo que es la salvación a un nuevo reinado, ella cree que tiene la razón y que es la legítima heredera del Trono de Hierro a pesar de haber matado inocentes, familias, niños y quien se cruzase en su camino.
Es entonces cuando John Snow decide terminar con Daenerys asestándole una puñalada en el vientre. 
Todo parece volver a la calma. A quienes piden la cabeza de John Snow y los hay quienes han alabado la labor de este. Puesto que como algunos saben quien debería de ocupar el Trono de Hierro es él por lazos de sangre.
Se decide crear un cónclave con los representantes de las distintas casas reales para decidir quien será el nuevo heredero.
Tras una conversación que dura varios minutos, los allí presentes acaban decidiendo que sea Bran Stark quien ocupe el Trono de Hierro.
A esto hay que sumar que los próximos herederos al trono ya no lo volverán a ser por lazos de sangre, que invernalia será un estado independiente pero asociado y se dictará una especie de democracia en los siete reinos.

Sinceramente, estas últimas decisiones me parecen de lo más inteligente e interesante que he visto en cuanto a guión en los últimos tiempos.
La despedida de "Juego de Tronos" puede resultar un tanto amarga, al final, una serie que te acompaña durante tantos años da lástima despedirse de ella, pero es ley de vida, todo lo que empieza a de terminar.
Al menos nos queda el consuelo de que habrá un spin off de la misma. Así que puede que volvamos a disfrutar tanto o más.
 Ahora sólo queda esperar (como para todo lo bueno).

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