Un curso más se asoma en Nevermore.
Miércoles, como de costumbre, intenta hacer su vida pero los problemas parece que se le van acumulando sin ella esperarlo.
Por un lado está asimilar que Tyler con el que parecía que iba a tener algo más, es el mal en persona y lo siguiente es adaptarse a la nueva vida dentro del internado.
Mientras, su compañera de habitación, Enid, sigue con sus desvaríos tanto existenciales como amorosos que como ha demostrado a lo largo de las dos temporadas que llevamos pasan de un lado a otro, aunque sinceramente lo que me da la sensación es que lo que quiere realmente es enamorarse.
Para más inri, su hermano Pugsley es un nuevo alumno dentro de Nevermore y adquirirá a modo de herencia genética los poderes de su tío Fester que pasan por una habilidad eléctrica que resucitará sin querer a un personaje fallecido décadas atrás.
En primera instancia, el resucitado por Pugsley parece ser un zombie sediento de sangre, pero a medida que avanzan los episodios y con ellos la trama, descubrimos que se trata de Slurp, un científico alocado que por aquel entonces decía ser el mejor amigo de Gomez Addams hasta que le traicionó.
Y es que Slurp no tiene actualmente más propósito que continuar con sus experimentos que pasan además por sacar a la luz algunos proscritos maléficos como la madre de Tyler a la que daban por muerta.
Divertida esta segunda temporada de "Miércoles" en la que habría que destacar entre otras cosas al nuevo director del centro Dort interpretado por Steve Buscemi, sin duda uno de los mejores actores de su generación.
Qué además, continuemos contando con la presencia de Gwendoline Christie cómo Larissa Weems a modo de visión fantasmal que solo puede ver Miércoles también es uno de los alicientes para seguir viéndola.
Ah, porque se me ha olvidado citar que las visiones de nuestra protagonista cada vez van cobrando mayor importancia, ¿a dónde nos llevará esto?
Particularmente me sigue pareciendo una serie bastante agradable para ver en familia.
Con ganas de una tercera temporada.
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