Kate y Deeley llevan toda una vida juntos.
Hablan de sus recuerdos, de lo que esperan el uno del otro y por qué no decirlo, de lo que pudo ser y no fue.
Todo aquello de lo que hablan es inconexo, situaciones, personajes que poseen cierta importancia pero a los que no vemos en escena o incluso, canciones que para ellos tuvieron una importancia capital.
Repentinamente, aparece en escena Anna quien remueve hechos del pasado que la pareja no quiere recordar, parece ser que su amiga tiene bastante importancia en cuanto a la relación de la pareja se refiere.
Es entonces cuando comienzan más que nunca los reproches, las malas contestaciones y los malentendidos (o no).
Y es que todo lo que rodea a estos tres personajes vuelve a ser inconexo, casi inexplicable. Tal vez esos tres personajes estén traicionando hacia otro viaje más allá de la vida tal y como la conocemos.
Esta adaptación de la obra del mismo título de Harold Pinter, cuanta con una ambientación excelente y con tres actores, Ernesto Alterio, Marta Belenguer y Mélida Molina que se meten en la piel de estos personajes aparentemente fuertes por fuera pero atormentados por dentro.
Una buena reflexión sobre lo que esperábamos ser y lo que realmente somos.
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