sábado, 2 de mayo de 2020

JESUS SHOW YOU THE WAY TO THE HIGHWAY

Miguel Llansó, fue de esas personas que me cautivó cuando le conocí.
Posee una pasión por el cine como pocas veces he visto, es más, posee una pasión por el cine fuera de los estándares como nunca he visto.
Su primera película "Crumbs" (Ídem - Miguel Llansó (2015)), me dejó completamente cautivado, ya que hacía de Etiopía un mundo post - apocalíptico tan maravilloso y necesario, que no me lo pude quitar de la cabeza durante meses.

Con motivo del D'A Festival de Barcelona que este año se realiza online debido a la pandemia, y que podemos disfrutar a través de Filmin; he podido ver su siguiente película "Jesus Shows you the way to the highway" (Ídem - Miguel Llansó (2019)), que es tan única como su anterior filme, sino más.

"Jesus Shows you the way to the highway" cuenta la historia de dos agentes de la CIA llamados Palmer y Gagano que deberán hacer frente a un virus informático denominado Soviet Union.
Para ello, accederán a una realidad virtual con tal de combatirlo, costándoles, incluso aquello que más aprecian en sus vidas.
Filmado con plena libertad, este filme juega tanto a las películas de espías de los años 70, como a las películas de Kung - Fu de la misma década y por qué no, a la más irreverente Serie B que tanto nos ha marcado a generaciones de cinéfilos.
Llansó, suele decir que sus películas no poseen una nacionalidad concreta, sino que son del mundo, y es que viendo su cine, sé exactamente a lo que se refiere.
Por un lado, están equipos de producción y de filmación de distintas partes del planeta, al igual que el reparto, donde destacan sus dos protagonistas Agustín Mateo de nacionalidad española y el etíope Daniel Tadesse protagonista absoluto de su anterior filme.

En esta "Jesus shows you the way to the highway", podemos encontrar además una mezcla de formatos y referencias, que pasan por los videojuegos Arcade, las películas de Kung-Fu y similares que rodaban cineastas como Jess Franco o Al Adamson para deleite de las sesiones dobles.
Además, en este filme, como no, hay momentos para pensar en los sueños de los protagonistas y es que Gagano, que al parecer lo tiene todo, lo que más desea es montar una pizzería, eso sí, para ser un referente en pizzas margaritas que son las que más le gustan.
Interesante es a su vez, la subtrama en la que su compañero Palmer mantiene un hacer con su esposa, Malin, una luchadora de Kickboxing de armas tomar, quien en un principio rechaza la nueva irrupción en su vida de Palmer, pero que finalmente acabará aceptando.

Y es que el cineasta madrileño no le gustan las medias tintas, o entras en su forma narrativa o no entras, lo cual es muy arriesgado por momentos, pero elocuente, porque lo que no hace es traicionarse así mismo.
Para ello, no duda en lanzar a un travesti desde lo más alto de un edificio en un parapente, vestir a un negro pasado de peso con el traje de Batman de Adam West o por qué no, rodar unas alocadas secuencias en Stop Motion, donde el malvado es un Stalin con una careta que habla a lo Terrance y Philipp de la serie "Shouth Park" (Ídem - Varios directores (1997 - ).

Mención especial para Guillermo Llansó (hermano del director y excelente actor) que no duda en ejecutar varios papeles en favor de un producto final, que podríamos catalogar como surrealista, acertado y que sin duda alguna creará escuela.
Son muy necesarias este tipo de películas, así que abogo a que se produzcan más.
Así, que como buen espectador, estoy deseando ver su siguiente film. ¡Corre Miguel!

Secuencias de acción rodadas en Etiopía. Mandanga de la buena. 

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