sábado, 13 de julio de 2024

PET SEMATARY: BLOODLINES


A modo de precuela y por lo que he leído, a modo de adaptación de uno de los pasajes de la novela original de Stephen King "Cementerio de animales", "Pet Sematary: Bloodlines" (Ídem - Lidsey Anderson Beer (2003)) cuenta la historia de Jud Crandall quien sueña con tener una nueva vida y dejar tras de si, la localidad de Ludlow, Maine

Las cosas no son fáciles para Jud cuando descubrirá que está involucrado en un misterio familiar que pasa por un antiguo cementerio indio que resucita a todo ser viviente allí enterrado tras su fallecimiento. 
Es entonces, como es habitual en estos casos, las cosas se complican y las muertes comienzan a sucederse de manera repentina en la localidad. 

Cuarta entrega realizada a raíz del material original de Stephen King, que sitúa la acción en el año 1969 y que aprovecha esa circunstancia para colocar a personajes ajenos a la obra original, explotando con ello el imaginario creado por el autor de la novela y que aquí se aprovecha bastante bien. 

Circunstancia que hace que actores como Henry Thomas, Pam Grier o David Duchovny (el cual en los últimos tiempos está teniendo bastante presencia en este blog) se presten a participar en un filme, destinado más bien al ámbito doméstico más que para reventar taquillas. 

Con sus aciertos y desaciertos "Pet Sematary: Bloodlines" me parece una película digna y que cumple su cometido, ser una película de terror, con sus momentos de sustos, sangre y por supuesto fan service en cuanto a que la temática y códigos del contexto original estén presentes. 

De buena duración (no excesiva como la gran mayoría de las películas hoy en día)  y sin demasiados alardes técnicos (no los necesita), la película bajo mi parecer funciona a pesar de lo previsible de los hechos que acontecen.
Esto puede que sea porque llevo miles de películas encima, con lo cual sea un más un problema mío que del filme en cuestión. 

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