Me he mudado a una casa sin lavadora.
Lo que en un principio podría ser un inconveniente, he intentado convertirlo en algo positivo.
Dedicaré todos esos ratos en los que mi ropa esté dando vueltas en leer.
Así que sacaré aún más huecos para una de mis aficiones favoritas.
En esta ocasión, y cómo libro que dará comienzo al que espero que sea un gran listado en este 2021 es "A propósito de nada" la autobiografía del gran Woody Allen.
Entre sus páginas podemos encontrar a este personaje amable, simpático y singular que hemos visto en su cine, además de a un ser humano familiar, cariñoso, aficionado al séptimo arte, a las bellas mujeres y a los deportes.
Allen hace un repaso a sus filias, fobias, a sus amores (entre ellos se encuentran las hermanas Keaton), a sus desamores, a los encuentros con grandes personajes que ha podido conocer de todas las décadas que ha vivido, además de contarnos los entresijos de la gran mayoría de sus películas.
Sus inicios contando chistes en los bares nocturnos de Stand up Comedy, como escribía columnas, interpretaba, hacía guiones y como por azares de la vida terminó dirigiendo.
Allen reconoce que le faltan grandes películas por ver, también por leer algunas de las grandes novelas.
Que los premios poco le interesan y que prefiere tocar allá donde sea con su banda de Jazz.
Los domingos para eso son sagrados, así que da lo mismo que haya una entrega de los Oscar ese día, él prefiere tocar con su banda.
Luego están sus amores, mujeres hermosas e interesantes con las compartió romances, algunos más breves, otros más intensos y cómo llegó a casarse, divorciarse y a toparse en su vida con Mia Farrow.
Un ser aparentemente angelical, que le llevó por momentos al mayor de los ostracismos por culpa de una acusación no verídica en la que Allen supuestamente había abusado de su hija Dylan.
Para más inri, que Allen decidiese iniciar una relación amorosa con Soon-Yin Previn una de las hijas adoptivas de Farrow no facilitó las cosas cara a la galería.
A pesar de no ser hija de Allen, esto levantó una polémica alrededor de su imagen que le perseguiría desde inicios de los años noventa hasta el día de hoy.
Grandes titulares, falsas acusaciones y sobretodo una mentira creada por Farrow, ya fuese por despecho o no, hicieron el resto por intentar tumbar la carrera de una de las mentes más brillantes de los últimos (casi ya) sesenta años.
No me quiero imaginar, que hubiese sido todo ese tiempo sin el cineasta neoyorquino en nuestras vidas, porque quiera Farrow o no, Woody Allen, es más interesante y transcendental que ella no sólo para el cine, sino para la humanidad en general.
Me parece que muchos /as antes de pronunciar falsas acusaciones contra alguien deberían de informarse, de leer y no dejarse llevar por las modas o movimientos, más aún en la época de las redes sociales donde acusamos y divinizamos a cualquier persona sin ningún tipo de información, ni contraste de los hechos.
Obviando el tema de los abusos y de las acusaciones por parte de Farrow, que obviamente debido a la inocencia de Allen ya me agota, diré que, "A propósito de nada" es una lección de vida.
La de un hombre, que a pesar de los avatares de la misma, dice haberse sentido satisfecho y feliz.
Que nos desgrana con detalle cómo fue su infancia, lo desastroso que era su padre y cómo no puede entender que le sitúen en un misma entrega de premios para recibir un reconocimiento en el mismo lugar que Arthur Miller.
Y es que amigo Allen, eres aún más grande de lo que puedas imaginar que eres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario