EL AÑO DEL DESCUBRIMIENTO

Es cierto que España a principios de los años noventa del pasado Siglo XX contaba con el beneplácito no sólo europeo, sino mundial. 
Nuestro país, daba ejemplo de cómo había salido victorioso de una dictadura, de la incorporación a la Unión Europea y el aparente camino de convertirse en una gran potencia económica. 
En gran medida esto se vio enaltecido en el año 1992 donde los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla, posicionaron a nuestro país como una sociedad moderna y avanzada, a pesar de los avatares sufridos durante cuarenta años. 

Una imagen que contrastaba con lo que realmente estaba ocurriendo, ya que pasados los años, todos sabemos que esos dos acontecimientos, solo fueron un lavado de cara para lo que realmente estaba sucediendo.
Multitud de empresas tuvieron que cerrar a lo largo y ancho del territorio nacional como consecuencia de la incorporación de nuestro país en la Unión Europea. 
Esto hizo quebrar industrias completas y la reconversión de muchos de los trabajadores en otros sectores, en los cuales no tenían ni siquiera experiencia. 
Todas las Comunidades Autónomas y ciudades tienen su propia historia y su verdad, pero "El año del descubrimiento" (Ídem - Luis López carrasco (2020)) nos sitúa en la Cartagena de esos años y como aquellos movimientos sindicales, el cierre de las fábricas y la situación de la época transcendieron en las generaciones posteriores. 

En este interesante documental vemos diferentes puntos de vista. 
Desde los que vivieron esa época de manera intensa, participando activamente en las protestas y disturbios, los que vieron desde la barrera lo acontecido y quienes años después, son los hijos de aquellos que lucharon por sus derechos y a día de hoy sus salarios no sobrepasan los mil Euros al mes.

Documento de más de tres horas de duración, donde su director, nos hace reflexionar sobre lo que somos y seremos como trabajadores y como a fin de cuentas, aunque creamos ser dueños de nuestro destino, no lo somos tanto, porque son otras personas a las que ni siquiera conocemos los que guían nuestros sinos, nos guste o no. 

A su vez, destacar la grabación del filme con cámaras de vídeo domésticas de la época y una más que interesante split screen que acompaña a todo el metraje. 
Sin duda, una de las películas españolas del año.