lunes, 20 de abril de 2020

BUFFALO '66

Me imagino que al igual que me pasa a mí os pasará a muchos de vosotros.
Disfruto mucho de las películas o series en dos momentos, cuando alguien me las recomienda y esa recomendación se convierte un peliculón o cuando por sorpresa, decido ver una película y se convierte en una agradable sorpresa.
La primera de estas dos circunstancias ha sido para mí "Buffalo '66" (Ídem - Vicent Gallo (1998)). 
Como os comenté, de un tiempo a esta parte, formo parte de un Cineforum donde de manera aleatoria elegimos una película para ver entre los que estamos metidos en él,  y que en tiempos de confinamiento hacemos de modo online.
En esta ocasión, Antonio (al cual no tengo el gusto de conocer) eligió esta maravillosa película de Vicent Gallo, que siempre había querido ver, pero que por una cosa o por otra no había podido.

El filme, cuenta la historia de Billy Brown, un tipo al cual vemos salir de la cárcel y esperar a que pase el primero de los autobuses que le lleven a la ciudad.
En un primer momento le notamos nervioso, inquieto. Así que decide volver a la prisión y hablar con el guarda para preguntarle si puede entrar a orinar.
El guarda le indica que no puede volver a entrar y que se quede esperando el autobús para irse.
Billy hace lo que el agente le indica y espera hasta coger el autobús que por fin le lleve a su destino.
Llega a la estación, los baños están cerrados. Sale de la estación, va a orinar detrás de un coche, llega la dueña y no puede hacerlo.
Billy continúa con sus ganas de ir al baño, así que accede a una cafetería, el dueño le indica que está cerrada y no puede pasar.
Pegada a esta cafetería hay una escuela de baile. Decide entrar sin pensárselo demasiado.
Accede como Pedro por su casa. Logra ir al baño. Una vez allí, va al baño y se sitúa a su lado un bailarín homosexual que le incomoda, le mira el pene diciéndole que lo tiene muy grande.
Billy se desconcentra y no puede orinar. Sale del baño y se topa con Layla una de las chicas que previamente habíamos visto bailando.
Ella va al baño de mujeres, antes de eso, Billy le pide veinticinco centavos para hacer una llamada. La chica se los da.
Billy llama a su madre. Le cuenta que está bien y que su novia le acompaña. Por lo que intuimos su madre no le cree y Billy le reta diciéndole que irá a verla con su novia.
Layla sale del baño y Billy cuelga el teléfono. A continuación se dirige a ella. Es entonces cuando la secuestra.
La joven le lleva hasta su coche y una vez allí, Billy al no poder conducir el vehículo (que es de marchas normales y él está acostumbrado a los automáticos) hará que ella lo conduzca.
En el trayecto, Billy le pide que se detenga y que no haga ninguna cosa rara.
El hombre sale del vehículo y por fin puede orinar junto a un árbol.
Una vez emprenden la marcha Billy le explica a Layla lo que harán. Irán a casa de los padres de este y se hará pasar por su novia, esperando que la joven no cometa ninguna estupidez.
Layla accede, no sabemos si por miedo o porque en realidad se siente atraída por su secuestrador, pero no parece oponer ningún tipo de resistencia. De hecho, hasta se deja cambiar el nombre cara a los padres de él, ahora Layla se pasará a llamar Wendy Balsam.
Es entonces, en ese momento, donde comienza la peculiar historia entre estos dos personajes.

Fabuloso film de Vicent Gallo, del cual se dice que es uno de máximos exponentes del cine independiente estadounidense de los años 90, y donde tanto él como el resto del reparto, realizan un trabajo excelente al servicio del espectador.
Porque tan particular como interesante es la pareja compuesta por Gallo y Christina Ricci (quien por aquellos tiempos tiempos dejó el cine comercial par convertirse en un icono indie) como la de los padres de Billy interpretados por Ben Gazzara y Anjelica Huston.

La peculiar familia de Billy.
Y es el que el actor / director / guionista de este filme, rueda sin cortapisas de ningún tipo, haciendo del filme un lenguaje propio alejado del cine convencional.
Grandes planos generales para presentarnos espacios, planos secuencias (en escala de plano medio en su mayoría) para presentar acciones - recorridos y primeros planos (por cierto, muy potentes) para expresar los sentimientos de los personajes sobretodo la pareja compuesta por Gallo - Ricci que en muchas ocasiones, terminan convirtiéndose en primerísimos primeros planos.
Sin olvidarnos tampoco de la presentación narrativa de las secuencias de mesas (que varían según el espacio), de los planos con aires aberrantes y otros donde los protagonistas se quedan solos en un cuadro vacío dejando todo tipo de espacios (aires) a los lados y en la parte superior.

Impecables los giros de guion. En un primer momento creemos que Billy es un tipo turbio, sin escrúpulos en el momento de secuestrar a Layla y por su comportamiento en general.
Pero a medida que va avanzando el metraje nos damos cuenta que es una víctima de si mismo y descubrimos el verdadero motivo por el que ha terminado en prisión.
Cinco años atrás, apostó 10.000 dólares a que los Buffalos ganarían la NFL y perdió su apuesta con un corredor de los bajos fondos (interpretado magistralmente por Mickey Rourke).
Al no tener dinero para pagar, el corredor le propone decir que ha cometido un delito. Billy accederá ya que no le queda otra, lo que le hará pasar cinco años encerrado.
Cuanto más le conocemos, más le lamentamos, puesto que no para de castigarse, por momentos no quiere vivir, mientras que Layla por el contrario,  intenta tener un acercamiento hacia él, pero el protagonista de esta historia no se deja tocar, ni que nadie tenga un gesto de afecto hacia él. Probablemente porque nunca la haya tenido.

Entre tantos giros rocambolescos que da esta historia, la extraña pareja va a una bolera donde Billy recupera entre otras cosas su pistola, porque entre sus planes más cercanos, está con acabar con Scott Woods el jugador que falló el disparo decisivo que le condenó a perder la apuesta y con ello cinco años de su vida.
A las salida de la bolera deciden ir a tomar un chocolate a un dinner en una de las amplias avenidas de la ciudad.
Una vez allí, se toparán con la verdadera Wendy Balsam la mujer de la que Billy lleva enamorado desde su infancia y que por ello le otorgó ese nuevo nombre a Layla.
En ese momento, es cuando descubrimos lo desgraciada que ha sido la vida de Billy.
Nunca ha podido querer, ni ser querido, lo cual hace que tenga esa rabia interior que no deja de proyectar insultando a su mejor amigo, a Layla o a enfrentarse duramente con sus padres.
Menos mal que al igual que en "La Conjura de los Necios" o "El Guardián entre el Centeno", el amor hacia un agente externo representado en una mujer, se convierte en la verdadera salvación de aquellos, que sin darse cuenta, les cuesta quererse así mismos o mostrar sus sentimientos.

Que queréis que os diga. Pocas veces me extiendo tanto comentando una película, pero es que "Buffalo '66" me ha llegado al corazón.
 Me gustan sus personajes, la manera en la que está filmada y me parece de una sinceridad fílmica que pocas películas poseen.
Aunque sea feísta en su estética, no deja de ser un filme de los más hermosos de los que he visto últimamente.
Absolutamente imprescindible.

Sin saberlo, Billy y Layla están destinados a encontrarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario