LA CASA DE PAPEL - TEMPORADA 4

Para quienes escriben guion, sabrán que situar toda la acción (ya sea de una película o una serie) en un único espacio es muy complicado, de hecho, me atrevería a decir que es excesivamente complicado.
Además, de que esto puede aburrir al espectador en un momento determinado.

Por eso, la dinámica general de "La Casa de Papel" ha sido el situar la acción en distintos espacios y apoyarse en cada episodio en flashbacks que ayudan tanto a que conozcamos mejor el pasado de los personajes, como la ejecución del plan, desde su gesta, hasta minutos antes de su ejecución.
La temporada pasada, nos había dejado con la duda de si Nairobi iba a fallecer. Aunque en un primer momento no ha sido así, la incursión de Gandía dentro de la trama, sumado su afán de venganza, ha hecho que la banda pierda a uno de sus miembros más carismáticos.

Y es que este Gandía es el jefe de seguridad del Banco de España, pero en realidad le gustaría ser un mercenario, de esos que trabajan bajo falsa bandera y que un día derrocan a Gadafi y al día siguiente siguen instrucciones de narcos colombianos.
Gandía es un asesino cruel, despiadado, sin empatía, como suelen ser este tipo de sujetos.
Pero no sólo dentro del banco se encuentran personas sin escrúpulos.

También tenemos a Alicia Sierra, que lejos de bajar su crueldad por estar embarazada hace todo lo contrario, ya que no ha dudado en torturar a Río o mostrar a Nairobi su propio hijo para luego pegarle un tiro que casi termina con su vida.
Alicia es uno de esos personajes que lo único que se propone es lograr sus objetivos, cueste lo que cueste, y la muestra de ello (SPOILER) es como al final de esta temporada llega a dar con El Profesor poniéndole entre la espada y la pared.

Sergio aka El Profesor tiene un duro papel en todo esto. Se ha enamorado de Raquel Murillo alias Lisboa a la que ha apartado de la policía para que sea una más dentro de la banda.
Además, le corroe el pensamiento el saber que quizás ella esté muerta por su culpa.
Menos mal, que cuenta con un infiltrado dentro de la carpa de la policía nacional, el bueno de Antoñanzas, que a cambio de una buena suma de dinero le ha logrado convencer, para que en cierta manera, se una al equipo.
Es él quien dará parte al Profesor de los pasos que dará la policía y del estado de Raquel.

Todo no sale como tiene pensado el profesor, porque como bien es sabido, aunque tengas todo muy bien preparado y estudiado los márgenes tanto del azar como de la improvisación siempre están ahí.

Como no, para rematar esta buena temporada, El profesor tira de un grupo de mineros asturianos que ayudarán a liberal a Raquel Murillo, después de cavar un túnel de once metros en un tiempo récord.
Que queréis que os diga, eso me ha llegado al corazón.

Me ha gustado bastante esta última temporada de "La Casa de Papel".
Lo que me atrae de esta serie es esa idea del puro entretenimiento, siendo además, interesante la profundidad de muchos de los personajes quienes no dudan en mostrarnos su lado más humano.
Que ni decir tiene, de lo contento que estoy de su buen funcionamiento fuera de nuestras fronteras, ojalá todas las producciones españolas funcionen igual.
Crucemos los dedos, porque amigos, aunque les pese a muchos en este país, somos un referente mundial.

Gandía, una máquina de matar.